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Este blog se titulaba Pocas Palabras. Le cambié la apariencia y bonito ha quedado, a mí me gusta, pero... Las palabras estaban contadas, había que elegir y elegí el comentario. No le sienta mal del todo, a estas horas, un nombre fantasma.
5.10 AM Hoy vengo recién llegada del foro, concretamente del rincón de los insomnes (claro, cómo no iba a haberlo en un foro literario), y puede que ya sea hora de añadir algunas -espero que pocas- palabras a este espacio informe que todavía nadie sabe, y yo menos que nadie, en qué irá a dar. De momento se ha ido llenando de pequeñas maravillas -a mis ojos-, incluída la última, porque ya es para maravillarse que la gente invierta su tiempo en compartir cultura. Y maravillarse no es precisamente la palabra que tengo en mente, aunque resulta igual de expresiva, si me paro a pensar lo que viene a continuación. No, ciertas leyes no pueden traer nada bueno. Para una vez que el mundo se estaba ensanchando. Ahora que por fin la cultura empezaba a ser de todos, sí, de todos, hasta de quienes hace nada no podían permitírsela...
Cambio de tema.
Experiencia forera: No tiene nada de extraño descubrir este mundo, a menos que se tengan ...nta años y ordenador desde la prehistoria de la informática. Resulta que yo soy de relaciones en formato convencional -que no necesariamente convencionales-. Y tampoco tenía tiempo, la verdad. Pero este año, si algo tengo, es tiempo. Con el tiempo recién redescubierto, por supuesto, escribir. Un día me dije que no tenía que esperar a jubilarme, que ahora, que ya, que iba siendo hora... Los relatos, los concursos, el concurso en la red, el blog, el blog del concurso... Ahí se hizo la luz. A cientos de kilómetros de las personas con quienes solía compartir mi pequeño mundo en palabras, a escasos metros de las personas a las que quiero, pero que no lo comparten, un espacio de encuentro por descubrir.
Compartir es una bonita palabra. Además es conveniente. En algún momento también resultó dolorosa. Inexplicablemente habían surgido un sinfín de sensaciones y emociones con las que una, de entrada, no contaba. De repente alguien con quien ni siquera hablaste se pierde de vista, y el desastre andaba cerca, y los demás temen que le haya pasado algo. Sin saber cómo esperas con el alma en vilo que lleguen noticias, porque lo lees, lo reconoces en lo que escribe, y su pérdida no sería muy distinta de la de cualquier otra persona a la que aprecias, aunque el trato sea distante. En lugar de ponerle cara, le pones voz. Sí, eso también es curioso, que al cabo de un tiempo has inventado una voz para cada uno, de manera tal que ya no los lees, los escuchas. Yo no me daba cuenta, pero se establecen relaciones. A pesar del anonimato, a pesar de todo. Puedes sentirte inseguro por lo que piense alguien, puedes enfadarte, enternecerte, simpatizar, discutir y aborrecer, puedes hacer de confidente, de consejera, de discípula, de lo que se tercie. Y sabes que no es la persona que está al otro lado, sabes que, igual que tu vida permanece ajena a este espacio de encuentro, ellos también están en sus realidades cotidianas, que a tí te son completamente ajenas. Sin embargo el espacio existe, y nuestros entes comunicantes son tan o más reales que el mundo alrededor.

Apenas había creado mi espacio propio, libre de angustias y desasosiegos, después de muchos años de vivir demasiado y mal. No quería más que un tiempo de calma. No más gente, no más novedades, no más inquietudes.
Y hace unos días sentí que volvía a las andadas. De nuevo la sensibilidad, los afectos... Lo que piensan de tí, si te juzgan, si sufren, si te hacen sentirte pequeña; si te suben arriba, saber que lo que sigue es caer...
En otros tiempos cualquier cosa podía perturbarme. Sin embargo algo ha cambiado. No sé cuándo fue, ni cómo. No sé si lo hice yo, o si pasó sin más. Sólo sé que sigo entera, que no había nada que temer, y sí mucho que disfrutar de las nuevas experiencias.

5.50 AM No han sido pocas, finalmente. Ni mucho menos literarias. Hoy tocaba un poco de charla confidente, un "Hola" y presentarse. Habrá otros días y siempre traerán cosas diferentes. Hay un tema en el foro que va de hacer confesiones. La mía decía: Confieso que aprieto poco, porque abarco mucho. En eso andamos.

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Tractatus extract

6.54 Mis proposiciones esclarecen porque quien me entiende las reconoce al final como absurdas, cuando a través de ellas -sobre ellas- ha salido fuera de ellas. (Tiene, por así decirlo, que arrojar la escalera después de haber subido por ella.)
Tiene que superar estas proposiciones; entonces ve correctamente el mundo.

7.00 De lo que no se puede hablar hay que callar.

Ludwig Wittgenstein